dissabte, 28 de setembre del 2013

EL DESTINO DE UN SOÑADOR QUE NACIÓ PARA SER LIBRE

Vigesimo capítulo- SENTIMIENTOS DE AGUA SALADA

Creo que nunca he estado tan indeciso y decidido a la vez como ahora. El último mensaje que he recibido de la libreta de Alek después del “Tenemos que escapar” ha sido “Déjamelo a mí”. El último y el único. Y eso no me deja más tranquilo. Ya se lo dejé a ella hace tan sólo unos minutos y mira donde hemos acabado. Pero no se me ocurre nada. En este mismo instante mi cuerpo es un mundo de sensaciones. El corazón me palpita fuertemente. Por el miedo que siento y por el amor que hay guardado en él. Pero al fin y al cabo todo es amor, pues ese miedo está ahí porque temo perderla.
Los minutos que pasan a continuación para mí son milésimas de segundos. Mi cuerpo tiembla levemente y mis dientes chirrían. Todo mi yo es un nudo de nervios. Lo único que puedo hacer para calmarme un poco es mirar a Alek, porque al menos sé que todavía está aquí conmigo. Y quiero quedarme con su cabello, su mirada, sus labios… en mi memoria. Para que, si algo sale mal, al menos tenga su recuerdo como consuelo. Pero ella parece que no está dispuesta a que todo acabe aquí. Su rostro también parece nervioso, pero la concentración mantiene el primer puesto en su lista de emociones en este momento. Aunque yo sólo veo una solución, y es luchar. Pero siendo cinco contra dos esa posibilidad se va a pique. Y teniendo en cuanta que ellos están al mando de todo este gran mecanismo de seguridad, las posibilidades menguan aún más.
Y con una sonrisa en los labios y provocando que mi corazón de un vuelco, aparece Noah por la puerta.
Se acerca primero a su cubo, pero no la saca sin antes esposarla a su muñeca. Conmigo hace lo mismo. Estamos atados a nuestra muerte. La vemos de perfil y no podemos hacer nada. Simplemente, dejar que nos lleve en sus brazos. Y aunque quisiéramos luchar en este momento, aunque seamos dos contra uno, él es mucho más fuerte que nosotros. Y tampoco podríamos cargar con un hombre inconsciente hasta la salida y huir. Al menos para mí es un hombre. Me pregunto qué es lo que verá ella… Y esa pregunta me parece tan lejana, porque tan lejano es un lugar y un momento donde estemos a salvo y juntos… La miro mientras caminamos hacia la puerta, con mis pesados pies moviéndose en contra de su voluntad. Ella también me mira. Pero no sonríe como hago yo, solamente llora y me mira con esos ojos verdes brillantes llenos de lágrimas. Y desearía decirle que no llore, que no quiero recordarla con esa tristeza, sino con una sonrisa bien grande en ese rostro tan bonito. Pero no puedo. Ni siquiera puedo respirar bien en este momento.
La puerta se abre. Y todo está casi como antes. Los miembros del tribunal en sus puestos, mirándonos. Pero la estancia ahora parece más pequeña, tal vez sea por la enorme guillotina de cristal reluciente que hay en medio de la sala. Se me para el corazón. Eso… ¿para qué es? ¿Para mí? No, yo soy una esencia, a mí me necesitan dentro de una puta caja para el resto de mi vida. Entonces… para Alek. No, joder, no. Esto no puede ser para ella. A ella no le pueden hacer esto. ¿Entonces para que me han traído a mí aquí? ¿Para reírse un rato mientras veo morir a la chica que quiero, a la que amo? Si es para eso ya lo han conseguido, porque mis ojos están mojados y al cerrarlos mil sentimientos florecen en forma de agua salada.
Todo parece ensayado, el cazador de esencias nos lleva a los dos en dirección a la guillotina, sin esperar ordenes de la maldita Muerte. No las necesita, sabe muy bien lo que tiene que hacer, y esa sonrisa dice que le encanta. Lo que no saben es que es mentira, que ella nunca ha hecho nada malo, que sus estúpidos métodos han fallado hoy, y posiblemente siempre. Porque yo no me creo que ella haya asesinado a nadie siendo incapaz de matar a un simple conejo, porque ella es la mejor persona que he conocido en mi vida. Y es de verdad. Así que mienten, tan sólo quieren matarla por el simple hecho de quitar una vida, por la diversión que les produce hacerlo.
Veo como el cazador posa el cuello de Alek en la guillotina con cuidado de no tocarla. Y noto el escalofrío de Alek por el tacto frio del cristal, y yo también lo siento. Miro la cuchilla de cristal afilada y mi corazón muere al imaginármela llena de sangre. Quiero cerrar los ojos pero no puedo. Quiero poder verla lo más que pueda, no quiero despegar mi mirada de ella nunca.
-          Te quiero- susurramos al unísono, y reímos al darnos cuenta de nuestra sincronización.
Noah, con la mano con la que tenía cogida a Alek, coge la cuerda que, al estirarla, producirá la muerte de dos personas de esta habitación. Me mira mientras la estira, tan sólo un poco de fuerza tiene que hacer para romper dos corazones. Baja, rápidamente, la cuchilla afilada. Y la perfecta piel de la nuca de Alek está a punto de desgarrarse. Coloco mi mano en la guillotina, deseando estar lo más cerca posible de Alek. Pero no es frio lo que siento. Sino un calor insoportable, un ardor que se pega a mi mano. Pero no la separo de ella. Aguanto ese calor. Y todo cambia. De repente, mis ojos están cerrados y mi cuerpo mojado. Los abro para saber que está pasando. Todo es agua. La guillotina cambia de cristal a un agua helada en cuestión de milésimas de segundos. Y ya no estoy atado a nada. Aunque eso no me importa. Ahora sólo me importa que mis ojos encuentren a Alek, a una Alek con cabeza, sana y salva. Me desespero. No la encuentro y el agua me lleva. No veo nada más que esa luz resplandeciente que se cruza con la fina línea que separa el agua del aire. Algo me coge por detrás. Mierda. Intento zafarme de él, quitar sus garras de encima de mí. No puedo dejar que el cazador o cualquier otro miembro del tribunal me coja ahora. Pero entonces me besa la oreja y su sonrisa se pega a mi mejilla. Y todo mi yo se tranquiliza y se apacigua, como si ya no estuviésemos aquí. Entonces me giro y veo la cara de Alek sonreír dentro del agua. No sé qué es esto. Si será un sueño o alucinaciones mías, pero sea lo que sea me encanta. Y no tenemos tiempo que perder. La beso dentro del agua durante unos segundos, unos segundos en lo que todo se detiene y nada nos importa, ni siquiera nuestras vidas, porque nuestros labios se estan tocando.

Nadamos, nadamos mientras nos dirigimos a algo que creemos que es la salida. La puerta se ha roto por la presión del agua que aparece de la nada a chorros. La cruzamos y vamos a la superficie antes de que nos ahoguemos. Y allí vemos unas personitas que se dirigen como una exhalación hacia nosotros, con el cazador en cabeza. Y nadamos, nadamos hacia la salida definitiva, y… está cerrada. La intentamos abrir a golpes, pero el agua los amortigua. Y Noah y Dani están cada vez más cerca de nosotros. Cuando sólo están a medio metro les pego una patada en la cara que los deja aturdidos unos segundos, lo que necesita Alek para abrir la puerta con algún truco que habrá aprendido de sus padres, supongo. Toda el agua se esparce y vamos bajando hacia el suelo. Y al final caemos sobre la mojada hierba de la entrada al edificio. Y corremos, corremos sin mirar atrás, tan sólo mirándonos uno al otro para saber que estamos ahí. Y sonriendo al comprobar que sí, que estamos juntos de nuevo. No sé a dónde nos dirigimos. Tan sólo nos adentramos en el bosque. Pero ya me da igual, tan sólo quiero encontrar esa maldita esencia que necesitamos y vivir esta pequeña eternidad junto a ella.

2 comentaris:

  1. Hola que tal ♥
    tus escritos son muy buenos me encantaria que te pasaras para compartir un poco mas y estar en comunicación de escritora a escritor*w* besos y felicitaciónes por tu bello y encantador blog ♥

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    1. Muchas gracias por el cumplido! Me alegra mucho que te guste mi blog*-* En cuanto pueda me paso por tu blog^^ Besos y muchísimas gracias:*

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